La oposición de Venezuela reta a Maduro con la hora cero
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Asustados y agobiados desde hace más de cuatro meses por los disturbios, bloqueos en calles y por una economía golpeada, Venezuela vivirá este jueves un paro general convocado por la oposición para obligar al presidente Nicolás Maduro a retirar su Asamblea Constituyente.
El paro cívico, de 24 horas, arrancará a doce horas (peninsulares) en el inicio de la llamada "hora cero", una intensificación de las protestas opositoras que dejan un centenar de muertos desde el pasado 1 de abril.
Será dentro de diez días cuando, por iniciativa de Maduro, se elegirán 545 asambleístas que reformarán la Carta Magna, una controvertida convocatoria que encendió aún más las protestas en la calle.
"Tengo siete obreros y les voy a pagar el día. No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión", aseguró Omar, de 34 años, dueño de una pequeña empresa constructora del sureste de Caracas.
Más de 7,6 millones de votos apoyaron el plebiscito simbólico que realizó la oposición el domingo contra Maduro y su Constituyente. Así se convocó un cese de actividades formales e informales pero "activo", con bloqueos de vías.
Sin embargo, confrontado también a una fuerte presión internacional para que desista de su proyecto, el mandatario asegura que la Constituyente irá contra viento y marea "por la paz y recuperación económica" del país. "Va, ahora más que nunca", aseguró Maduro el martes, al rechazar las amenazas de sanciones económicas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, si se instala la Constituyente.
"Este paro es un pulso de fuerza financiera entre un empresariado y una población famélica y pauperizada, contra un gobierno también quebrado, pero que controla los pocos recursos de un país petrolero", ha sentenciado Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.
El paro cívico, de 24 horas, arrancará a doce horas (peninsulares) en el inicio de la llamada "hora cero", una intensificación de las protestas opositoras que dejan un centenar de muertos desde el pasado 1 de abril.
Será dentro de diez días cuando, por iniciativa de Maduro, se elegirán 545 asambleístas que reformarán la Carta Magna, una controvertida convocatoria que encendió aún más las protestas en la calle.
"Tengo siete obreros y les voy a pagar el día. No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión", aseguró Omar, de 34 años, dueño de una pequeña empresa constructora del sureste de Caracas.
Más de 7,6 millones de votos apoyaron el plebiscito simbólico que realizó la oposición el domingo contra Maduro y su Constituyente. Así se convocó un cese de actividades formales e informales pero "activo", con bloqueos de vías.
Sin embargo, confrontado también a una fuerte presión internacional para que desista de su proyecto, el mandatario asegura que la Constituyente irá contra viento y marea "por la paz y recuperación económica" del país. "Va, ahora más que nunca", aseguró Maduro el martes, al rechazar las amenazas de sanciones económicas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, si se instala la Constituyente.
"Este paro es un pulso de fuerza financiera entre un empresariado y una población famélica y pauperizada, contra un gobierno también quebrado, pero que controla los pocos recursos de un país petrolero", ha sentenciado Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.
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