El indulto a Fujimori divide a Perú y provoca un escenario impredecible
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La libertad de Fujimori, condenado a 25 años de prisión por matanzas y secuestros durante su mandato (1990-2000), abre un escenario impredecible en la política nacional, donde el actual presidente, Pedro Pablo Kuczynski, es duramente criticado por haberlo indultado.
El indulto, publicado este lunes en el diario oficial El Peruano, no solo exime a Fujimori de seguir en prisión por la muerte de 25 personas en dos matanzas del grupo militar encubierto Colina, sino que también le libra de ser procesado por otra matanza en la que murieron otras seis personas.
Los familiares de las víctimas de esos crímenes recurrirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corteidh) para que anule el indulto, que consideran como un acto de impunidad, según anunció este lunes el abogado Carlos Rivera, del Instituto de Defensa Legal (IDL), defensor de los agraviados.
Lo harán basados en la convicción de que el indulto no se otorgó por las razones médicas aducidas en la resolución, sino por un "acuerdo político bajo la mesa" entre Kuczynski y Fujimori para que el primero pueda seguir gobernando a cambio de la libertad del segundo.
No pasan por alto que Kuczynski firmara el indulto solo tres días después de salvarse de ser destituido por el Congreso gracias a los votos de diez congresistas fujimoristas rebeldes con su grupo, y liderados por Kenji Fujimori, hijo del exmandatario, quien le había pedido al presidente que indultara a su padre.
El indulto, anunciado por Kuczynski pocas horas antes de la Navidad, enfureció al antifujimorismo, compuesto por fuerzas políticas demócratas y defensores de los derechos humanos.
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