Ai Fen, la doctora ignorada y sancionada por el Partido Comunista de China (PCCh). Captura: UN/The Guardian)

La valiente doctora Ai Fen, la voz censurada por alertar de un virus letal

Compartir en:

Primero fue Li Wenliang, el oftalmólogo chino que trabajaba en el Hospital Central de Wuhan. La voz que denunció las condiciones en que las que tienen que trabajar los médicos En China y las pésimas decisiones que el Partido Comunista de China (PCCh) tomó desde el inicio del brote del coronavirus en diciembre de 2019.

El caso del médico Li Wenliang trascendió las fronteras de China. Después de conocerse sus advertencias, no atendidas, murió víctima del virus que ya se extendió a la mayoría de los países del mundo. Fue una de las primeras víctimas mortales y se convirtió en un símbolo de la lucha para que se supiera lo que en verdad pasaba en aquel rincón de su país. 



Ahora se comocen las revelaciones de la doctora Ai Fen, la directora del Hospital Central de Wuhan donde también trabajaba Wenliang. Habló para la revista china Renwu. Fue censurada y bloqueda por el Partido Comunista de China (PCCh).

La doctora Ai Fen reveló, como hizo Li Wenliang, que fue reprimida por sus superiores después de intentar alertaR a las autoridades sobre la presencia de un brote similar al del SARS que impactó a la población en 2003.



“Si hubiera sabido lo que iba a pasar, no me habría importado la reprimenda. Hubiera hablado de eso con quien sea, donde sea que pudiera”, dijo en la entrevista. Fue publicada el martes por la noche y rápidamente suprimida.

La revista Renwu tuvo que retirar la entrevista de su edición digital. Pero los usuarios ya la habían compartido en las redes sociales y lograron que se extendiera su denuncia. Las nuevas versiones han estado escritas con emojis, en código morse, y en pinyin, el sistema de romanización para mandarín.

Ai Fen reveló que sus temorEs nacieron el 30 de diciembre. Ese día recibió un informe de laboratorio sobre un paciente que presentaba síntomas de una gripe pero que no respondía a los tratamientos usuales. Tras analizar el análisis quedó impactada. La palabra “SARS Coronavirus” estaba presente en los exámenes. Hizo un círculo sobre la palabra SARS, tomó una foto con su smartphone y la envió a un excompañero de universidad.

La imagen comenzó a circular en todo el ámbito médico y llegó a las manos de Wenliang quien después fue reprimido por continuar con sus alertas. Esa misma noche del 30 de diciembre Ai Fen recibió una llamada. Eran sus jefes.

No debía enviar información a otros colegas porque esto podría generar pánico. Dos días después fue sancionada por “esparcir rumores” y “dañar la estabilidad”. El brote estaba por estallar definitivamente y Wuhan sería el foco donde moriría la mayoría de los pacientes.

“Vimos a más y más pacientes entrar a medida que el radio de propagación de la infección se hizo más grande”, contó en la entrevista a Renwu. Y agregó que al mismo tiempo que ella sabía que la transmisión era “de humano a humano” el régimen lo negaba. Lo reconocerían 20 días después, el 21 de enero. Ese día ingresaron al centro médico 1.523 pacientes en un sólo día, tres veces lo usual, según Ai Fen.



En los últimos dos meses reveló que también vio a muchos de sus colegas enfermarse y cuatro de ellos morir por el coronavirus. Uno de ellos fue Wenliang, cuya muerte provocó una ola de ira sin precedentes. Al comienzo del brote ocho médicos habían sido sancionados por las autoridades por “esparcir rumores”. “No soy una soplona. Yo fui quien dio el silbato”, dijo, en la versión publicada por el Legacy Media The Guardian

Compartir en: