Pacto de Theresa May y los unionistas para dar certeza a Reino Unido

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La primera ministra británica, Theresa May, acudió este viernes al Palacio de Buckingham para comunicarle a Isabel II que podrá formar Gobierno, a pesar de no haber logrado la mayoría absoluta en las elecciones generales del jueves, confirmó un portavoz de la residencia de Downing Street.

"Acabo de ver a la reina y voy a formar un Gobierno. Formaré Gobierno para dar certeza, el país la necesita más que nunca. Este Gobierno liderará al país en las negociaciones del Brexit, que comenzarán en 10 días" comunicó a las puertas del número 10 de Downing Street.

También tuvo palabras para los atentados de Londres de hace unos días y aseguró que "por los siguientes cinco años construiremos un país en el que nadie y ninguna comunidad quede atrás. Lo que el país más necesita es seguridad", continuó y precisó que solo "los conservadores y el Partido Unionista" pueden alcanzarla.

Theresa May reivindicó la trayectoria común de tories y el Partido Unionista Democrático (DUP) como la prueba de que pueden "trabajar juntos", no solo para "garantizar que nadie queda atrás", sino para "conseguir un nuevo acuerdo con la UE que garantice la prosperidad".

La primera ministra le solicitó a la jefa de Estado el permiso para formar Gobierno, tras obtener 318 escaños, ocho menos de los necesarios para llegar a la mayoría absoluta en una Cámara de los Comunes formada por 650 diputados.

Según la BBC, la "premier" contaría con el respaldo del Partido Democrático Unionista del Ulster (DUP), que obtuvo diez escaños de los 18 que le corresponden a Irlanda del Norte en los Comunes.

Algunos miembros del Partido Conservador secundan la propuesta del líder de su rival político al entender que May es la máxima responsable de un retroceso notable en las urnas. El 20 de mayo, May escribió en Twitter que si perdía más de seis asientos sería Corbyn quien se sentase para negociar el Brexit. Habrá que esperar si cumple su palabra. 

Los laboristas fueron los protagonistas de estos comicios al haber sacado 261 escaños, frente a los 229 que tenían cuando el Parlamento fue disuelto en mayo.

También fue protagonista el batacazo del Partido Nacionalista Escocés. La formación de Nicola Sturgeon obtuvo 35 puestos en la Cámara de los Comunes, lo que se traduce en 19 asientos menos de los que ganó en los pasados comicios.

Estaba prácticamente asumido que el SNP no repetiría el hito de 2015, cuando logró 56 de los 59 escaños posibles, pero el batacazo de este jueves es destacable pese a que se mantengan como la primera fuerza en Escocia y la tercera en Reino Unido.

La caída de los independentistas llegó hasta tal punto que el exministro principal, Alex Salmond, perdió su escaño en Gordon y el líder nacionalista en Westminster, Angus Robertson, también fue derrotado en Moray.

Fue el pasado 18 de abril, cuando May decidió convocar elecciones anticipadas en momentos en que los sondeos sobre intención de voto le eran favorables y llevaban una ventaja de casi veinte puntos frente a los laboristas del izquierdista Jeremy Corbyn.

Según May, su objetivo era aumentar la mayoría absoluta a fin de contar con un mandato "estable y firme" en las negociaciones sobre la salida británica de la Unión Europea. El resultado electoral, que dejó un Parlamento fragmentado, asumió las negociaciones del Brexit en una gran incertidumbre y éstas no comenzarían en la fecha prevista, el próximo día 19.

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