Muere deshidratada con 7 años, el horror en la frontera de EE. UU.
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Según los informes y declaraciones de la agencia fronteriza al rotativo, la niña y su padre formaban parte de un grupo de 163 inmigrantes que se entregaron la noche del día 6 a los agentes tras cruzar la frontera sin papeles cerca de Lordsburg.
Más de ocho horas después, la menor empezó a tener ataques. El personal de emergencias que la atendió registró que tenía casi 41 grados de fiebre y, según un comunicado de la agencia de Protección de Fronteras, “no había comido o consumido agua durante varios días”.
Fue trasladada en helicóptero a un hospital, donde tuvo un fallo cardiaco. Aunque inicialmente se consiguió “revivirla”, el comunicado explica que “no se recuperó y murió en el hospital menos de 24 horas después de haber sido trasladada”. Según el Post no se puede determinar aún si la menor recibió comida y bebida antes de sufrir los ataques.
Un portavoz de CBP, Andrew Meehan, expresó al Post las condolencias de la agencia hacia la familia de la niña. “Los agentes de la Patrulla Fronteriza tomaron todas las medidas posibles para salvar la vida de la niña en las circunstancias más difíciles. Como padres y madres, hermanos y hermanas, nos solidarizamos con la muerte de cualquier niño”.
De momento, ya ha provocado las denuncias de grupos como la Unión Americana de Libertades Civiles. En un comunicado al Post, el grupo ha culpado de lo sucedido a la “cultura de crueldad dentro de (la agencia de) Protección de Aduanas y Fronteras y la falta de responsabilidades”.
La ACLU ha destacado que se ha tardado una semana en dar a conocer la muerte para reclamar “transparencia” y ha pedido “una investigación rigurosa y reformas serias para prevenir muertes futuras”.
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