Mosul, fin del califato de Estado Islámico con interrogantes en Irak
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Por fin el primer ministro de Irak, Haider al Abadi, pudo entrar en la ciudad para felicitar a jefes militares. Comprobó de forma directa la destrucción y el reto político de construir una nueva convivencia. En junio de 2014 desde esta ciudad Abu Bakr al Bagdadi proclamó el califato, el Estado islámico. Ha podido morir en su huída a Raqa, en Siria.
El Ejército de Irak liberó la zona de Al Midan en el casco antiguo de Mosul. Se avanza ahora hacia el área de Al Qaliyat. El final del poder de ISIS en Mosul ya está escrito pero deja un legado desolador con la incógnita del número de mártires y el éxodo humano en toda esta área, un millón de personas desplazas que ni siquiera pueden aspirar a ser refugiados. Han sido nueve meses de guerra, dos de dominación de ISIS y diez de batallas y luchas de odio y venganzas.
En los nuevos desafios, el peligro de la descomposición de ISIS y su fanatismo con el peligro de que mujeres y niños puedan ser convertidos en bombas humanas. Mosul deberá ser demás limpiada de minas.
En todo caso, fuertes incógnitas políticas. Irak es todavía un país de perdedores. Quienes vieron todo perdido en la caída de Sadam Husein y la invasión de Estados Unidos desconfían de Haider al Abadi. Si no se sella un pacto sobre la descentralización de Irak y el reparto de los ingresos del petróleo, el fin de ISIS no quedará cerrado, sería una durísima batalla sin vencedores.
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