Los tacones de Melania, la desconexión de la gestión populista de Trump
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Harvey se ha convertido en un fenómeno único en la historia en el Golfo de México de la temporada de huracanes con origen en el Oceano Atlántico y el interior del mar Caribe. Harvey tocó tierra como huracán de fuerza 4. Después sucedió le peor como anunció el Centro Nacion al de Huracanes (NHC) y el Servicio Nacional de Meteorología (NWS).
El sábado y el domingo estuvo sobre el área metropolitana de Houston como tormenta tropical. Después ha avanzado de forma muy lenta -dos kilómetros al día- con la alimentación continua de la corriente cálida del Golfo de México. Nunca en toda su historia Houston sufrió un torrente de agua como el que está padeciendo.
Se han desbordado dos embalses y se rompió una presa. Más de 30.000 personas han tenido que ser totalmente evacuadas. Todavía no hay un retrato exacto de la verdadera situación y del balance de muertes y desaparecidos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró 54 condados como zona de desastre, es decir, un 41% del estado, donde residen 27.9 millones de personas. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA) estimó que al menos 450.000 personas van a necesitar ayuda de emergencia. Se vive una situación de pánico por esta especie de tsunami continuo o de marejada ciclónica de pesadilla.
En este escenario, Donald Trump y Melania salieron de la Casa Blanca para viajar por primera vez a esta zona de catástrofe. Las imágenes de la pareja presidencial en el momento de dejar Washington fueron una muestra muy evidente de su desconexión de la realidad de Estados Unidos. Las redes sociales fueron implacables.
Melania escogió inicialmente zapatos de tacón alto, chaqueta militar, gafas de aviador, pelo cuidadosamente arreglado con melena suelta y pantalones ajustadísimos. En pleno vuelo tuvo que cambiar de atuendo. Viajaron en el Air Force One rumbo el aeropuerto de Corpus Christi.
Antes del aterrizaje, Donald Trump fue informando del ciclón de críticas en las redes sociales y del clima de indignación. La primera dama estuvo obligada a rectificar de plano. Al bajar del avión, Melania lució pelo recogido con una gorra negra y zapatillas de deportes blancas. Si Donald Trump presume de controlar todas las situaciones, la realidad es bien distinta.
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