Kamala Harris, una histórica elección de Biden y una revolución en la campaña. (Foto: ABC News)

Kamala Harris, una elección que revoluciona la campaña de Biden

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Atención a la importancia de la decisión estratégica de elegir a Kamala Harris, la primera mujer negra candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos. Su perfil es muy diferente al de los candidatos al puesto de vicepresidente.

Kamala Harris, de 55 años, es una mujer de inusitada fuerza dialéctica, muy decidida, llena de energía y sana ambición política. Joe Biden, que em noviembre cumplirá 78 años, ha enviado también su mensaje de que será, si gana, un presidente de transición en la Casa Blanca. Y que la verdadera candidata para su sucesión será Kamala Harris, la primera mujer, y la primera afroamericana, que podría llegar a la Casa Blanca. Se cumpliría el gran cambio histórico para Estados Unidos y sería también el más bello sueño cumplido de Barack Obama.

Desde el comienzo de su carrera política, esta hija de inmigrantes de Jamaica y de India ha roto todas las barreras. Después de dos períodos como fiscal en San Francisco, fue elegida dos veces fiscal de California, convirtiéndose en la primera mujer, pero también en la primera persona negra, en dirigir los servicios judiciales del estado más poblado de Estados Unidos.

"Mi madre a menudo me decía: Kamala, tal vez seas la primera en lograr muchas cosas. Asegúrate de no ser la última", ha subrayado la senadora en la pugna de las primarias demócratas.

 Después de dos períodos como fiscal en San Francisco (2004-2011), fue elegida dos veces fiscal de California (2011-2017), convirtiéndose en la primera mujer, pero también en la primera persona negra, en dirigir los servicios judiciales del estado más poblado del país. En enero de 2017 llegó al Senado en Washington. Se convirtió en senadora por California, la primera mujer con raíces en el sur de Asia en llegar al Senado en la historia de Estados Unidos, y en la segunda senadora negra.

Kamala Harris creció en Oakland, en la California progresista de los años 1960. Siempre ha estado muy orgullosa de la lucha por los derechos civiles de sus padres.

Conoce muy bien al candidato demócrata. Fue colabora directa de su hijo Beau Biden, quien murió de cáncer en 2015. Pero la también precandidata demócrata, sorprendió al atacar con fuerza a Joe Biden durante el primer debate del partido, en 2019.

Cuestionó entonces sus posiciones sobre políticas para acabar con la segregación racial en la década de 1970. Contó conmovida, cómo, cuando era niña, viajaba en uno de los autobuses que llevaban a escolares negros a barrios blancos. 

Después de abandonar las primarias en diciembre, declaró su apoyo a Joe Biden en marzo. Pero algunos aliados del exvicepresidente de Barack Obama no perdonaron a la senadora por no haberse retractado lo suficiente de sus críticas advirtiendo contra una compañera de fórmula demasiado ambiciosa.

Ahí radica el acierto de Joe Biden. Ha ponderado fortelezas y debilidades, Y, muy posiblemente haya acertado de manera doble. Ha elegido a la candidata que va a fortalecer su apuesta presidencial entre votantes blancos, negros y latinos. Ha sido por tanto una apuesta transversal sagaz. Pero a la vez ha elegido a su verdadera sucesora, la mujer que podría realmente llegar a la Casa Blanca tras el mandato del presidente de más edad en el Despacho Oval. Sin duda el mayor desafío lanzado frente a la ambición de Trump de aferrarse al sueño de un segundo mandato, una opción que está empezando a perder fuerza en los analistas en Wall Street.
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