Juan Carlos I y Sofía junto a Felipe González en el homenaje a Helmut Kohl

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Bien medido en el Palacio de la Zarzuela y el Palacio de La Moncloa que los reyes eméritos, Juan Carlos I y Sofía, asistieran en Estrasburgo, en la sede del Parlamento Europeo, al homenaje y despedida de la figura central de Alemania y la Unión Europea, Helmut Kohl.



Bien medido también el gesto de Mariano Rajoy de no restar protagonismo a Juan Carlos I, sobre todo después de la aciaga polémica por haberle relegado en los actos de homenaje a la Transición en el Congreso de los Diputados. Mariano Rajoy, atento a la relación con el PSOE, tampoco qioso opacar la presencia de Felipe González, amigo personal de Helmut Kohl. El Gobierno envió a este acto al ministro de Exteriores, Alfonso Dastis.



Una ceremonia bellísima e impresionante en Estrasburgo en homenaje la figura del gran canciller de Alemania fallecido el 16 de junio, el líder cuya firmeza y decisión resultó fundamental para la reunificación de Alemania y la caída del Muro de Berlín.

Los restos mortales fueron recibidos por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y por su viuda, Maike Kohl-Ritcher. Los presidentes de las tres instituciones europeas, Jean-Claude Juncker (Comisión Europea), Donald Tusk (Consejo Europeo) y Antonio Tajani (Parlamento Europeo) intervinieron en el acto de homenaje a "un gran europeo".

A título personal y a petición de la viuda, pronunciaron discursos de despedida el expresidente del Gobierno Felipe González, el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, así como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev. Por último, intervinieron el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel.

La ceremonia concluyó con la Orquesta de la Universidad de Estrasburgo tocando el himno nacional alemán y el himno europeo, acompañada por el Coro Filarmónico de la ciudad. Los restos mortales fueron después trasladados desde el Parlamento Europeo a la ciudad alemana de Espira (Speyer), para su entierro.

En los discursos, Bill Clinton le recordó afectuosamente. Contó que su esposa, Hillary Clinton, solía decirle que le gustaba Kohl porque era el único hombre con más apetito culinario que el propio Bill. "Me gusta este tipo porque su apetito iba mucho más allá de la comida. Quería crear un mundo en el que nadie dominara", señaló. "Adoraba ser alemán y adoraba ser europeo", dijo Bill Clinton. Identificó el legado de Kohl como "un mundo interdependiente donde las fronteras parecen redes más que muros". Antes de la cumbre del Grupo de los Veinte (G-20), mensajes llenos de fuerza, esperanza y agradecimiento.
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