Joe Biden, la promesa de cerrar heridas frente las llamas de odio de Trump
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Joe Biden acusó a Donald Trump de avivar el odio en Estados Unidos prometiendo cerrar heridas, en un mensaje de largo calado a la nación tanto para votantes blancos como afromaericanos.
Donald Trump calificó por su parte las protestas de actos "terrorismo nacional". Indignó a Mariann Budde, la obispo de Washington.
Con rabia ante las informaciones que mostraron su miedo en el búnker de la Casa Banca, el presidente cruzó el parque Lafayette para llegar hasta la histórica Iglesia de St John que sufrió un incendio en el sótano. Lo hizo acompañado de su hija Ivanka. Allí quiso posar con una Biblia en la mano en gesto calculado.
Mariann Budde, obispo de la diócesis episcopal en Washington y encargada de la iglesia St John, se declaró "indignada" por la acción del presidente. Reveló que ni siquiera se les consultó. "Es increíble que se haya dispersado a la fuerza a manifestantes pacíficos para que Trump usara una de nuestras iglesias como un pilar. Todo lo que ha dicho y hecho solo contribuye a la violencia", enfatizó.
La reacción de Biden
Policías de Estados Unidos se solidarizaron con la protesta: “Si me arrodillo con ustedes, ¿se van pacíficamente?”, el mensaje en una de las manifestaciones de Los Ángeles ofreció una imagen simbólica de una solidaridad sin precedentes de la policía.
Miles de manifestantes están desafiando el toque de queda en Estados Unidos. Las Fuerzas Armadas patrullan las calles de Washington tras duros enfrentamientos. En este clima de gran tensión e incertidumbre, primer gran mensaje de Joe Biden.
"Rociar con gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos solo para que el presidente se pueda posar para una foto deshonra los valores que la fe nos enseña. Lo que necesitamos es liderazgo. Pero lo que el presidente hace al continuar agitando las llamas de la discordia, el fanatismo y la violencia es cobarde, débil y peligroso", la posición de Chuck Shummer y Nancy Pelosi, los líderes demócratas en el Congreso de Estados Unidos.
Joe Biden rompió por su parte su silencio para denunciar que Donald Trump “está usando al ejército contra los estadounidenses”. En su primer acto público presencial en meses, subrayó que el país necesita un liderazgo de unidad.
Joe Biden acusó al presidente Donald Trump de estar utilizando al ejército de Estados Unidos contra el propio pueblo norteamericano. Aseguró que está más preocupado por su reelección que por el estallido social por la muerte de un afroamericano a manos de la policía.
“Lanzó gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos y disparó balas de goma. Para una foto”, el hilo de Biden, en referencia a la decisión de Trump de utilizar la policía, incluida la policía militar, para despejar una protesta. “Debemos vencerlo, por solo podemos hacerlo juntos”, subrayó.
“Cuando el presidente ordena desalojar a manifestantes pacíficos en la entrada de la casa del pueblo, la Casa Blanca, con gases lacrimógenos y granadas de estruendo, tenemos derecho a pensar que el presidente está más preocupado por el poder que por los principios”, aseguró.
"Está más interesado en alimentar las pasiones de sus bases que las necesidades de aquellos a quienes se supone que debe cuidar”, subrayó. "El país está reclamando un liderazgo. Un liderazgo que nos una, que reconozca el dolor y el profundo duelo de las comunidades que han tenido una rodilla sobre su cuello durante un largo tiempo”, enfatizó en lo que fue un mensaje a la nación de unidad y solidaridad en el dolor.
La muerte de George Floyd, un hombre negro de 46 años, hace más de una semana en Minneapolis bajo custodia de la policía fue "un electrochoque para nuestro país. Para todos nosotros", dijo Joe Biden.
“Pero les prometo esto. No manipularé el miedo y la división. No atizaré las brasas del odio. Buscaré sanar las heridas raciales que desde hace mucho tiempo gangrenan a este país en lugar de utilizarlas para sacar ventaja política”, dijo en palabras medidas y bien precisas..
Biden denunció varias veces el asesinato de Floyd y el “racismo institucional” que afecta a Estados Unidos. Pero también llamó a la calma y condenó la violencia. Su mayor posicionamiento en una crisis que cambia los grandes datos de la precampaña electoral en Estados Unidos. Nadie lo duda en el país.
Donald Trump calificó por su parte las protestas de actos "terrorismo nacional". Indignó a Mariann Budde, la obispo de Washington.
Con rabia ante las informaciones que mostraron su miedo en el búnker de la Casa Banca, el presidente cruzó el parque Lafayette para llegar hasta la histórica Iglesia de St John que sufrió un incendio en el sótano. Lo hizo acompañado de su hija Ivanka. Allí quiso posar con una Biblia en la mano en gesto calculado.
Mariann Budde, obispo de la diócesis episcopal en Washington y encargada de la iglesia St John, se declaró "indignada" por la acción del presidente. Reveló que ni siquiera se les consultó. "Es increíble que se haya dispersado a la fuerza a manifestantes pacíficos para que Trump usara una de nuestras iglesias como un pilar. Todo lo que ha dicho y hecho solo contribuye a la violencia", enfatizó.
La reacción de Biden
Policías de Estados Unidos se solidarizaron con la protesta: “Si me arrodillo con ustedes, ¿se van pacíficamente?”, el mensaje en una de las manifestaciones de Los Ángeles ofreció una imagen simbólica de una solidaridad sin precedentes de la policía.
Miles de manifestantes están desafiando el toque de queda en Estados Unidos. Las Fuerzas Armadas patrullan las calles de Washington tras duros enfrentamientos. En este clima de gran tensión e incertidumbre, primer gran mensaje de Joe Biden.
"Rociar con gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos solo para que el presidente se pueda posar para una foto deshonra los valores que la fe nos enseña. Lo que necesitamos es liderazgo. Pero lo que el presidente hace al continuar agitando las llamas de la discordia, el fanatismo y la violencia es cobarde, débil y peligroso", la posición de Chuck Shummer y Nancy Pelosi, los líderes demócratas en el Congreso de Estados Unidos.
Joe Biden rompió por su parte su silencio para denunciar que Donald Trump “está usando al ejército contra los estadounidenses”. En su primer acto público presencial en meses, subrayó que el país necesita un liderazgo de unidad.
Joe Biden acusó al presidente Donald Trump de estar utilizando al ejército de Estados Unidos contra el propio pueblo norteamericano. Aseguró que está más preocupado por su reelección que por el estallido social por la muerte de un afroamericano a manos de la policía.
“Lanzó gases lacrimógenos a manifestantes pacíficos y disparó balas de goma. Para una foto”, el hilo de Biden, en referencia a la decisión de Trump de utilizar la policía, incluida la policía militar, para despejar una protesta. “Debemos vencerlo, por solo podemos hacerlo juntos”, subrayó.
“Cuando el presidente ordena desalojar a manifestantes pacíficos en la entrada de la casa del pueblo, la Casa Blanca, con gases lacrimógenos y granadas de estruendo, tenemos derecho a pensar que el presidente está más preocupado por el poder que por los principios”, aseguró.
"Está más interesado en alimentar las pasiones de sus bases que las necesidades de aquellos a quienes se supone que debe cuidar”, subrayó. "El país está reclamando un liderazgo. Un liderazgo que nos una, que reconozca el dolor y el profundo duelo de las comunidades que han tenido una rodilla sobre su cuello durante un largo tiempo”, enfatizó en lo que fue un mensaje a la nación de unidad y solidaridad en el dolor.
La muerte de George Floyd, un hombre negro de 46 años, hace más de una semana en Minneapolis bajo custodia de la policía fue "un electrochoque para nuestro país. Para todos nosotros", dijo Joe Biden.
“Pero les prometo esto. No manipularé el miedo y la división. No atizaré las brasas del odio. Buscaré sanar las heridas raciales que desde hace mucho tiempo gangrenan a este país en lugar de utilizarlas para sacar ventaja política”, dijo en palabras medidas y bien precisas..
Biden denunció varias veces el asesinato de Floyd y el “racismo institucional” que afecta a Estados Unidos. Pero también llamó a la calma y condenó la violencia. Su mayor posicionamiento en una crisis que cambia los grandes datos de la precampaña electoral en Estados Unidos. Nadie lo duda en el país.
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