Joe Biden y Kamala Harris, plan de choque contra la COVID-19 en Estados Unidos
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Joe Biden y Kamala Harris han adelantado que se preparan para "liderar desde el día uno" la estrategia para afrontar los retos más urgentes. Frente a la gestión de la Administración de Trump, han asegurado que el Gobierno federal actuará "rápido y con agresividad". Es decir, que habrá un plan nacional y un liderazgo nacional ante una pandemia que exige una lucha muy firme y continudada para frenar su expansión, proteger a los más débiles e impulsar la economía.
En la actualidad, Estados Unidos es el país del mundo más afectado por el coronavirus y se aproxima ya a los 10 millones de casos, con más de 237.00 fallecidos, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Joe Biden ha hechos hincapié en que escuchará la ciencia. Ha subrayado que las decisiones sobre salud pública serán explicadas por profesionales del sector. Además, promoverá la transparencia y confianza en su Administración.
El equipo de transición publicó un plan preliminar con siete puntos para atajar la crisis sanitaria:
1. Ordenar el uso de la mascarilla a nivel nacional, en colaboración con los gobernadores y los alcaldes.
2. Garantizar el acceso gratuito a los tests de la enfermedad.
3. Solucionar los problemas con los equipos de protección individual (EPI).
4. Proporcionar recomendaciones claras, coherentes y basadas en pruebas sobre cómo cada comunidad debe afrontar la pandemia.
5. Impulsar, vigilar y proteger que los recursos lleguen a las escuelas, pequeños negocios y familias.
6. Subrayar que la distancia social es fundamental para lograr acabar con la expansión del coronavirus.
7. Otros ejes serán la distribución efectiva de los tratamientos y de las futuras vacunas, con una inversión de 25.000 millones de dólares para la fabricación y reparto de estas últimas; además de una serie de medidas para proteger a los mayores; y reconstruir y expandir las defensas para predecir, prevenir y mitigar las amenazas de la pandemia, incluidas las que vienen de China.
El plan de Joe Biden y Kamala Harris marca el restablecimiento inmediato de la relación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que Trump retiró al país: El equipo de Biden reconoce que (la OMS) no es perfecta pero que resulta esencial para coordinar una respuesta global, cuando en el mundo hoy se han rebasado los 50 millones de casos.
En la actualidad, Estados Unidos es el país del mundo más afectado por el coronavirus y se aproxima ya a los 10 millones de casos, con más de 237.00 fallecidos, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Joe Biden ha hechos hincapié en que escuchará la ciencia. Ha subrayado que las decisiones sobre salud pública serán explicadas por profesionales del sector. Además, promoverá la transparencia y confianza en su Administración.
El equipo de transición publicó un plan preliminar con siete puntos para atajar la crisis sanitaria:
1. Ordenar el uso de la mascarilla a nivel nacional, en colaboración con los gobernadores y los alcaldes.
2. Garantizar el acceso gratuito a los tests de la enfermedad.
3. Solucionar los problemas con los equipos de protección individual (EPI).
4. Proporcionar recomendaciones claras, coherentes y basadas en pruebas sobre cómo cada comunidad debe afrontar la pandemia.
5. Impulsar, vigilar y proteger que los recursos lleguen a las escuelas, pequeños negocios y familias.
6. Subrayar que la distancia social es fundamental para lograr acabar con la expansión del coronavirus.
7. Otros ejes serán la distribución efectiva de los tratamientos y de las futuras vacunas, con una inversión de 25.000 millones de dólares para la fabricación y reparto de estas últimas; además de una serie de medidas para proteger a los mayores; y reconstruir y expandir las defensas para predecir, prevenir y mitigar las amenazas de la pandemia, incluidas las que vienen de China.
El plan de Joe Biden y Kamala Harris marca el restablecimiento inmediato de la relación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que Trump retiró al país: El equipo de Biden reconoce que (la OMS) no es perfecta pero que resulta esencial para coordinar una respuesta global, cuando en el mundo hoy se han rebasado los 50 millones de casos.
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