Un "insulto" a Corea del Norte sentenció a cuatro periodistas

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Un tribunal de Corea del Norte condenó a muerte a dos periodistas surcoreanos y a sus editores por “insultar gravemente la dignidad del país”. ¿Los motivos? Haber escrito una  reseña de un libro británico que intenta describir la nueva vida en el país. 

Para el texto en cuestión llevaron a cabo entrevistas con los autores del libro, lo que ha provocado que las autoridades del país piensen ahora en ejercutarles en cualquier momento según apuntan medios de Corea del Sur.

Corea del Norte emitió anteriormente acusaciones duras contras las entidades y personas de Corea del Sur por, presuntamente, violar su dignidad o calumniar contra su líder y contra su sistema político.  En este caso el problema surge con el libro en inglés titulado Corea del Norte Confidencial, una compilación de entrevistas a desertores norcoreanos, diplomáticos y comerciantes.

El libro pertenece al corresponsal de Reuters en Seúl, James Pearson, y Daniel Tudor, excorresponsal en Corea del Sur de la revista The Economist. Con el libro querían mostrar "una creciente economía de mercado en la que los norcoreanos disfrutan del acceso a la música coreana, los dramas televisivos, la moda o el contrabando de películas chinas y estadounidenses". 

El Ministerio de Unificación de Corea del Sur no tardó en mostrar su "profundo" rechazo a la condena de muerte. En este sentido, aseguraron que Seúl “tomará las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los ciudadanos surcoreanos. Aunque desde el tribunal norcoreano han informado a la agencia de noticias Yonhap que “los criminales no tienen derecho de apelación”.

“La ejecución será llevada a cabo en cualquier momento y lugar, sin procedimientos adicionales”, destacó la misma fuente del tribunal. 

Fue en agosto cuando se publicó la edición del libro en coreana bajo el título de La República capitalista de Corea. El tribunal juzgó a Yang Ji Ho, del Chosun Ilbo, y a Son Hyo Rim, del Dong-A Ilbo, y considera que “difamaron salvajemente la realidad de Corea del Norte”.

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