Identificado el terrorista de la matanza en Manchester contra Ariana Grande
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Los atentados suicidas se han convertido en un emblema del terrorismo yihadista y así ha sido también en el Manchester Arena. Doce horas después de la masacre de jóvenes y niños después de un concierto de Ariana Grande, el grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado la responsabilidad por el atentado.
El grupo terrorista que lidera Abú Bakr al Baghdadi ha reclamado su autoría en un mensaje publicado por la agencia de noticias Amaq, en el que afirma que el ataque ha sido obra de "un soldado del califato".
Según el grupo terrorista, su "soldado" colocó colocó varias bombas y no menciona que haya muerto en el ataque. Fuentes de la policía británica aseguran que ya se conoce la identidad del suicida y se están llevando a cabo registros en la calle y la casa en la que vivía.
En el caso de Manchester llama la atención que el atacante se hizo explotar al final del concierto y no durante. De hecho, ya se había retirado del escenario y se habían encendido las luces del estadio para facilitar la salida de los asistentes.
Probablemente, el suicida aprovechó que en ese momento ya se habían relajado las medidas de seguridad y nadie le controló al entrar en el vestíbulo.
No es la primera vez que los terroristas yihadistas atacan un lugar de espectáculos y música. En 2015 murieron 90 personas en el atentado contra la Sala Bataclan en París, en junio de 2016 murieron 49 personas en el ataque al Club Pulse en Florida y durante la pasada Nochevieja perdieron la vida 39 personas en el Club Reina de Estambul. Todos ellos lugares considerados como "pecado" por los integristas.
El grupo terrorista que lidera Abú Bakr al Baghdadi ha reclamado su autoría en un mensaje publicado por la agencia de noticias Amaq, en el que afirma que el ataque ha sido obra de "un soldado del califato".
Según el grupo terrorista, su "soldado" colocó colocó varias bombas y no menciona que haya muerto en el ataque. Fuentes de la policía británica aseguran que ya se conoce la identidad del suicida y se están llevando a cabo registros en la calle y la casa en la que vivía.
En el caso de Manchester llama la atención que el atacante se hizo explotar al final del concierto y no durante. De hecho, ya se había retirado del escenario y se habían encendido las luces del estadio para facilitar la salida de los asistentes.
Probablemente, el suicida aprovechó que en ese momento ya se habían relajado las medidas de seguridad y nadie le controló al entrar en el vestíbulo.
No es la primera vez que los terroristas yihadistas atacan un lugar de espectáculos y música. En 2015 murieron 90 personas en el atentado contra la Sala Bataclan en París, en junio de 2016 murieron 49 personas en el ataque al Club Pulse en Florida y durante la pasada Nochevieja perdieron la vida 39 personas en el Club Reina de Estambul. Todos ellos lugares considerados como "pecado" por los integristas.
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