Una operación del FBI que puede destapar escenarios insospechados. (Foto: Sky News)

Ghislaine Maxwell, la mujer de todos los secretos de Jeffrey Epstein

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Una detención que puede reabrir en canal el caso del misterio del suicidio de Jeffrey Epstein y de sus verdaderas conexiones en un escenario de tráfico sexual de menores. Puede destapar muchas relaciones y abrir planos inéditos de escándalos de corrupción y de ambientes depravados.



El FBI
(Buró Federal de Investigaciones​, Federal Bureau of Investigation, la principal agencia de investigación criminal del Departamento de Justicia de Estados) detuvo a Ghislaine Maxwell, la expareja de Jeffrey Epstein, por abuso sexual y tráfico de menores. Fue detenida  BedfordNew Hampshire, en el noreste de los Estados Unidos.



Hace apenas diez días, Ghislaine Maxwell, de 58 años, nacida en Francia pero de nacionalidad británica, había sido localizada en París por medios ingleses. Sin embargo, las autoridades federales norteamericanas confirmaron su detención en su territorio.

Ghislaine Maxwell -hija del exmagnate Robert Maxwell, antiguo dueño de Mirror Group Newspapers- quedó en el ojo de la tormenta por estar acusada de haber sido parte de la red de prostitución, tráfico de menores y abuso sexual por la que estaba acusada su antigua pareja, el millonario Epstein, quien se suicidó en su celda en una penitenciaría de la ciudad de Nueva York el 10 de agosto de 2019.

Según el relato de las víctimas ante los investigadores, las situaciones de abuso se daban indistintamente en Nueva York, Palm Beach, las Islas Vírgenes o una casa campestre de Les Wexner, los lugares donde las pesadillas cobraban vida. Quien las instaba a satisfacer los deseos sexuales de Epstein era Ghislaine. Ella las elegía, las reclutaba, les indicaba qué hacer y muchas veces participaba del abuso. También era Maxwell la que las entregaba a los poderosos e influyentes por orden del magnate.

Quienes qusieron alejarse del mundo Epstein o e atrevían a denunciar los abusos y violaciones, debían soportar la furia y amenazas de Ghislaine. Las perseguía, las acosaba telefónicamente, les recordaba que ella se iba a encargar de que su vida se convirtiera en un infierno. Esos dramáticos momentos fueron narrados en el documental Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico de Netflix.



Durante años trató de esquivar las acusaciones en su contra y las preguntas incómodas de la prensa. A sus 58 años Maxwell, repetia que era inocente y que nunca participó de abusos ni los facilitó.

En un interrogatorio con la policía en 2016, con su expareja todavía vivo y en libertad, declaró que cumplía muchas funciones en la casa de Epstein, que había contratado muchos empleados para que desarrollaran diversas tareas en sus diferentes propiedades. Le preguntaron más específicamente si había contratado masajistas: “Esa era una parte muy escasa de mi trabajo. Contraté, ocasionalmente, masajistas profesionales para Epstein. Nunca contraté a alguien que yo supiera que era menor de edad”, respondió Ghislaine.

A lo largo de la relación que la unió con Epstein, la residencia oficial de Maxwell quedaba en Nueva York. Era una mansión de cinco plantas. La casa quedaba a diez manzanas de la mansión de Epstein. Costó 5 millones de dólares. Y nadie tuvo la menor duda de que fue el magnate quien facilitó el dinero.

Después de la condena de Epstein en 2008,siguió apareciendo en eventos exclusivos. Bajó el perfil, la frecuencia de sus apariciones no era similar, pero su reclusión no fue inmediata. Lanzó una fundación para el cuidado de los océanos, fue oradora en charlas TED, asistió a entregas de premios del brazo de Elon Musk, y participó en la boda de Chelsea Clinton, la hija de Bill y Hillary. Después desapareció cuando la suerte de Epstein cambió.

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