Empujón de Trump al primer ministro de Montenegro y la respuesta de Macron
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Al margen de las cuestiones de fondo, son sobre todo las formas. Angela Merkel, en un mismo día, pudo comprobar la elegancia y jovialidad de Barack Obama en Berlín, y la actitud rayando en lo barriobajero y matonista de Donald Trump. Así como su obsesión por hacer caja. Viajó a la cumbre de la OTAN no para palabras sabias y una proyección de futuro sino con la caja registradora bajo el brazo.
En Bruselas, Donald Trump dejó la imagen del brusco empujón al primer ministro de Montenegro para salir primero en la foto. Luego, el insólito apretón de manos con el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Le retorció la mano al presidente de Francia pero este aguantó mirándole fijamente a los ojos.
Fue antes de un almuerzo de trabajo en la Embajada de Estados Unidos en Bruselas el jueves. Más tarde, y en la nueva sede de la OTAN, llegó lo mejor.
Donald Trump y los líderes de la OTAN avanzaban por una alfombra. Emmanuel Macron se digiría a ellos de frente. Al juntarse el presidente de Francia saludó primero cariñosamente a Angela Merkel, después al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. A continuación a personas que estaban junto a ellos. Y, finalmente, a Donald Trump, a quien puso en su lugar.
Pero la comidilla de la cumbre de la OTAN fue el brusco empujón de Donald Trump al primer ministro de Montenegro.
El empujón quedó registrado por las cámaras que acompañaban a los mandatarios durante el inicio de un recorrido. Junto a Dusko Markovic, primer ministro de Montenegro, estaban el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y la primera ministra lituana, Dalia Grybauskaité que observaron atónitos el comportamiento, la falta de modales y la brusquedad del presidente de Estados Unidos.
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