El candidato de Trump que defiende la heroína para estudiar
Robert F. Kennedy Jr., conocido por su controvertida postura antivacunas y por ser el candidato seleccionado por el presidente electo Donald Trump para ocupar el cargo de Secretario de Salud, generó revuelo esta semana debido a sus recientes declaraciones sobre su adicción a las drogas. En una entrevista realizada en julio en el pódcast 'Shawn Ryan Show', el político de 69 años compartió detalles íntimos sobre su lucha contra la adicción a lo largo de más de una década, revelando que la heroína lo ayudó a destacarse en la escuela, aunque reconoció el impacto negativo que tuvo en su vida.
Durante la entrevista, que se llevó a cabo cuando RFK Jr. aún era candidato independiente a las elecciones presidenciales de EE. UU. antes de retirarse y unirse a la campaña de Donald Trump, el político relató cómo su vida dio un giro a una edad temprana tras el asesinato de su padre, el senador Robert F. Kennedy (RFK), en 1968. En ese momento de gran caos familiar, RFK Jr. comenzó a experimentar con las drogas a los 15 años, lo que lo llevó a desarrollar una adicción que duraría más de 10 años.
El candidato para el Departamento de Salud explicó que su primer contacto con las drogas fue el consumo de LSD en una fiesta, al que le siguió la metanfetamina al día siguiente. Esta experiencia marcó el inicio de una espiral de adicciones que continuó durante los siguientes catorce años de su vida. RFK Jr. compartió que, en pocos meses, pasó de las metanfetaminas a la heroína, la cual describió como su "droga de elección", junto con la cocaína. A pesar de los riesgos inherentes al consumo de estas sustancias, RFK Jr. afirmó que las drogas le ayudaron a ser el "mejor de la clase", indicando que en esa época probablemente habría sido diagnosticado con déficit de atención, y que de alguna manera, estaba “automedicándose” con el consumo de narcóticos.
“Me iba mal en la escuela hasta que empecé a consumir drogas. Entonces me convertí en el mejor de la clase”, expresó RFK Jr., quien sugirió que las sustancias le permitieron concentrarse de manera que de otro modo no habría sido posible. A pesar de estos beneficios inmediatos en su rendimiento académico, el político reconoció que las drogas "vacían" la vida de quien las consume y que, con el tiempo, la adicción se convierte en un problema mortal. RFK Jr. lamentó la muerte de su hermano David Kennedy, quien falleció a los 28 años a causa de una sobredosis de heroína en 1984, y destacó que la adicción "destruye tus relaciones" y limita tu vida a una sola dimensión.
En el año 1983, Robert F. Kennedy Jr. fue arrestado por posesión de heroína, lo que marcó el comienzo de su proceso hacia la sobriedad. A partir de ese momento, el ex candidato presidencial y líder de la campaña de Trump emprendió un largo camino de recuperación.
En cuanto a su papel como candidato para la Secretaría de Salud, la nominación de Donald Trump fue anunciada recientemente, y la confirmación del cargo por parte del Senado de EE. UU. está pendiente. Durante su campaña, RFK Jr. ha sido conocido por proponer ideas extremas y a menudo controversiales. Entre sus posturas más notorias se encuentran su defensa del consumo de leche sin pasteurizar y de agua sin tratar con floruro. Estas ideas, que han sido ampliamente criticadas por expertos en salud pública, han generado preocupación sobre las políticas que podría implementar en caso de ser confirmado como Secretario de Salud.
Sin embargo, a pesar de sus posturas sobre la salud, la imagen pública de RFK Jr. se ha visto afectada por algunas de sus acciones recientes. La semana pasada, fue fotografiado junto a Donald Trump y otros aliados políticos disfrutando de un menú de hamburguesas y papas fritas de la cadena de comida rápida McDonald's, acompañado de botellas de Coca-Cola. Esta escena ha llamado la atención, dado el contraste entre su enfoque hacia una dieta "sana" y su elección de alimentos ultraprocesados en ese momento.
En resumen, Robert F. Kennedy Jr. ha compartido abiertamente su difícil camino con las drogas, reconociendo que la adicción le dio algunos beneficios académicos a corto plazo, pero también destruyó su vida personal y le costó la vida de un hermano. Ahora, como candidato para un cargo tan crucial como Secretario de Salud, su historial y posturas sobre temas de salud pública continúan siendo un tema de debate, especialmente entre quienes lo apoyan y aquellos que temen que sus opiniones extremas puedan tener consecuencias negativas para la salud pública de EE. UU..