Donald Trump cree versión de Vladimir Putin y rechaza la de FBI
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Atención al pulso que puede agrandarse entre el fiscal especial, Robert Mueller, y el presidente de los Estados Unidos.
Donald Trump tuvo una breve conversación en Danang (Vietnam) con Vladímir Putin. El presidente de los Estados Unidos dio por buena la explicación sucita del presidente de Rusia de que no interfirió en la elección presidencial de Estados Unidos en 2016.
Fue un encuentro fugaz de Donald Trump y Vladimir Putin en las orillas de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
“Me dijo que no había interferido. Le pregunté otra vez. Me respondió que en absoluto. Él no hizo lo que dicen que hizo. Cada vez que me ve, me dice ‘yo no lo hice’ y yo realmente creo que lo dice de veras”, afirmó Donald Trump.
“Me he pronunciado muchas veces sobre esta cuestión. Considero que todo lo que está relacionado con el así llamado dossier ruso en Estados Unidos es la manifestación de las continuas luchas internas en ese país. No sé nada de eso, absolutamente nada. Es charlatanería”, fue la versión de Vladimir Putin.
La investigación de la CIA, el FBI y la NSA avanza en una dirección bien distinta. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos sostienen que Vladimir Putin ordenó una gigantesca operación de intoxicación y propaganda para evitar la victoria de Hillary Clinton y el Partido Demócrata. No sólo hubo información falsa y distorsionada en las redes. Se saquearon los ordenadores del Comité Demócrata Nacional y cuentas de altos cargos próximos a Hillary Clinton.
Las explicaciones de Donald Trump en Vietnam trataron de obviar que la investigación del fiscal especial, Robert Mueller, desborda ya el escenario de la coordinación entre el Kremlin y el equipo de campaña del Partido Demócrata. Robert Mueller ha dirigido acusaciones formales contra el exjefe de campaña, Paul Manafort, y su socio Rick Gates por delitos fiscales y fraude; y contra el asesor George Papadopoulos por haber mentido sobre sus relaciones con Rusia.
La investigación se está dirigiendo al primer consejero de Seguridad Nacional, el teniente general Michael Flynn. En Washington se avanza paso a paso. Pero el objetivo último apunta al propìo presidente. Donald Trump sin embargo está seguro de su poder y su respaldo. Se cree inalcanzable. Curiosamente no existe esa sensación de fortaleza en el entorno del propio presidente y sus consejeros más próximos. Se cuidan mucho de minimizar la sagacidad y la tenacidad del fiscal especial, Robert Mueller.
Donald Trump tuvo una breve conversación en Danang (Vietnam) con Vladímir Putin. El presidente de los Estados Unidos dio por buena la explicación sucita del presidente de Rusia de que no interfirió en la elección presidencial de Estados Unidos en 2016.
Fue un encuentro fugaz de Donald Trump y Vladimir Putin en las orillas de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
“Me dijo que no había interferido. Le pregunté otra vez. Me respondió que en absoluto. Él no hizo lo que dicen que hizo. Cada vez que me ve, me dice ‘yo no lo hice’ y yo realmente creo que lo dice de veras”, afirmó Donald Trump.
“Me he pronunciado muchas veces sobre esta cuestión. Considero que todo lo que está relacionado con el así llamado dossier ruso en Estados Unidos es la manifestación de las continuas luchas internas en ese país. No sé nada de eso, absolutamente nada. Es charlatanería”, fue la versión de Vladimir Putin.
La investigación de la CIA, el FBI y la NSA avanza en una dirección bien distinta. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos sostienen que Vladimir Putin ordenó una gigantesca operación de intoxicación y propaganda para evitar la victoria de Hillary Clinton y el Partido Demócrata. No sólo hubo información falsa y distorsionada en las redes. Se saquearon los ordenadores del Comité Demócrata Nacional y cuentas de altos cargos próximos a Hillary Clinton.
Las explicaciones de Donald Trump en Vietnam trataron de obviar que la investigación del fiscal especial, Robert Mueller, desborda ya el escenario de la coordinación entre el Kremlin y el equipo de campaña del Partido Demócrata. Robert Mueller ha dirigido acusaciones formales contra el exjefe de campaña, Paul Manafort, y su socio Rick Gates por delitos fiscales y fraude; y contra el asesor George Papadopoulos por haber mentido sobre sus relaciones con Rusia.
La investigación se está dirigiendo al primer consejero de Seguridad Nacional, el teniente general Michael Flynn. En Washington se avanza paso a paso. Pero el objetivo último apunta al propìo presidente. Donald Trump sin embargo está seguro de su poder y su respaldo. Se cree inalcanzable. Curiosamente no existe esa sensación de fortaleza en el entorno del propio presidente y sus consejeros más próximos. Se cuidan mucho de minimizar la sagacidad y la tenacidad del fiscal especial, Robert Mueller.
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