Donald Trump cesó a Comey por el temor a un nuevo Watergate en Washington

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Tempestad sobre Washington en la caída con estrépito de James Comey, director del FBI, Buró Federal de Investigaciones. The New York Times fue incisivo. Aseguró que James Comey fue despedido porque su investigación "podría derribar al presidente".

Um análisis firmado por el consejo editorial desveló que James Comey poseía información de "consecuencias potencialmente ruinosas para la Administración". Comparó esta crisis con el cese que ordenó Richard Nixon en 1973 del fiscal especial que investigaba el caso Watergate.

El consejo editorial del diario criticó en un editorial al presidente Donald Trump por despedir a James Comey. Acusó al presidente de destituir al director del FBI por tener información de "consecuencias potencialmente ruinosas" para el gobierno. El cese, que fue con puñetazo sobre la mesa del Despacho Oval, se produce en el momento en que el FBI estudiaba los supuestos vínculos entre la campaña electoral de Donald Trump y agentes de inteligencia de Rusia, como el mismo James Comey anunció en marzo pasado.



The New York Times aseguró que la necesidad de un fiscal especial para investigar la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y los vínculos del gobierno de Donald Trump con el Kremlin "es más clara que nunca".

"Comey fue despedido porque estaba dirigiendo una investigación que podría derribar al presidente. Aunque comprometido por su pobre juicio, la agencia de Comey ha estado buscando lazos entre el gobierno ruso y el señor Trump y sus asociados, con consecuencias potencialmente ruinosas para la Administración”.

The New York Times apuntó que es "un tiempo tenso e incierto en la historia de la nación", y comparó el caso de Donald Trump con la tristemente medida tomada en 1973 por el entonces presidente Richard Nixon, bautizada por comentaristas como Masacre del sábado por la noche.

Fue el momento en que cesó que a un fiscal especial independiente ( Archibald Cox) para debilitar la marcha de las investigaciones del caso Watergate. Pero Nixon ni siquiera despidió al director del FBI. Al final la decisión aceleró los acopntecimientos que lo convirtieron en el primer presidente obligado a renunciar a su cargo en la historia de Estados Unidos.
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