La doctora Birx y Anthony Fauci frente a un Trump sin complejos
La doctora Deborah Birx, coordinadora de la respuesta al coronavirus en la Casa Blanca, y el epidemiólogo Anthony Fauci, asesor de cabecera del presidente de los Estados Unidos, caminando continuamente sobre el alambre. Estados Unidos suma ya más de 50.000 fallecidos por la pandemia del coronavirus.
Tormenta peligrosa que crece para el Partido Republicano en Estados Unidos. Donald Trump sugirió tratar el coronavirus con “una inyección de desinfectante” o con “luz solar”. Los expertos científicos y sanitarios han criticado las afirmaciones del presidente por considerar que son un mensaje irresponsable e “inadecuado”
Donald Trump no se amilanó por las críticas a su declaración de apoyo a un tratamiento experimental con cloroquina como la salvación contra el coronavirus. De nuevo ha sugerido métodos como inyectar “desinfectante” en los pacientes para “limpiar los pulmones” o haces de luz.
"Pongamos que golpeamos el cuerpo con una luz tremenda, ultravioleta o simplemente muy potente…Y supongamos que puedes meter luz en el cuerpo, a través de la piel o de alguna otra manera. Creo que vas querer probarlo. Me gustaría que hablaras con los médicos para ver si hay alguna manera de aplicar luz y calor para curar", dijo el presidente a una doctora Deborah Birx que quedó golpeada por la audacia del presidente.
Además desafía a sus críticos. "Yo soy el presidente y tú eres un periodista mentiroso", respondió con rabia a un periodista del Legacy Media The Washington Post que le dijo que los estadounidenses siguen estas comparecencias para tener información, "no en busca de rumores".
Destacados especialistas médicos han criticado por irresponsables estos mensajes y advertido en las redes sociales a la población que se abstenga de aplicar los remedios sugeridos por el presidente. Donald Trump no sólo se está pegando un tiro en el pie. Empieza a colocar en entredicho la hipótesis de un segundo mandato y está ofreciendo una imagen deteriorada y quebradiza de la Casa Blanca y del poder político y moral de Estados Unidos como superpotencia. Joe Biden y el Partido Demócrata observan y toman buena nota.