Alta tensión en la isla de Larek en la boca del Estrecho de Ormuz
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La Fuerza Naval de los Guardianes de la Revolución de Irán (IRGC) anunció que retuvieron un petrolero "extranjero" que estaba realizando operaciones de contrabando en el Golfo Pérsico, donde en los últimos meses se han producido sabotajes y ataques a petroleros y buques cisterna.
Atención al clima grave que se está creando en una región clave. Estados Unidos ha aumentado la presión sobre Irán con el objetivo de obligarle a renunciar a sus ambiciones regionales y su programa de misiles. Irán ha respondido con media docena de petroleros saboteados en las aguas del Golfo Pérsico y el mar de Omán.
Pese a que Irán niega relación directa con esos incidentes, los analistas en la región avisan que se trata de su respuesta a la imposibilidad de vender petróleo como resultado de las sanciones estadounidenses. Impedir que sus vecinos exportaran crudo si ellos no podían hacerlo, la peligrosa dinámica que se puede abrir en esta región clave.
En este escenario el presidente de Estados Unidos confirmó que la Marina derribó una aeronave no tripulada iraní que volaba cerca de uno de sus buques que surcaba las aguas del estrecho de Ormuz. Donald Trump detalló que el USS Boxer destruyó un avión no tripulado al haberse acercado a menos de 1.000 metros del buque. El Pentágono ratificó por su parte que el USS Boxer, un barco anfibio de asalto, tomó una "acción defensiva" contra un dron.
El jefe del Mando Central de Estados Unidos, el general Kenneth McKenzie, aseguró que Estados está trabajando “enérgicamente" para garantizar la libre circulación por aguas del Golfo y del estrecho de Ormuz. Desde los sabotajes del pasado junio, Washington intenta forjar una coalición militar para proteger la navegación frente a las costas de Irán y de Yemen.
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